sábado, 16 de septiembre de 2017

La última vez


Las dos estábamos en silencio mirando el horizonte. El cielo estaba teñido de un precioso color rosado. Cuando era pequeña, ella me decía, que si dos personas miraban al cielo y  estaba rosa, era porque desprendían tanto amor la una por la otra, que el cielo no podía evitar contagiarse de ello.
—Oh, ¡Qué cielo más bonito! Mira… ¡Está rosa! —exclamó.
Hacía años que no le había ido a visitar. Y aun así, todo estaba como antes: el televisor encendido en el mismo canal de siempre, libros en la vieja estantería llenos de polvo o ese vestido verde con flores anaranjadas que tanto le gustaba vestir. Incluso ella se comportaba como si nada hubiera pasado. Como si quedara algo más que ese vacío de lo que hubo o simplemente no me hubiera destrozado el corazón en mil pedazos.
Sentada en el balcón donde tantos atardeceres pasé, mi cabeza se llenó de mil recuerdos. La suya, ya no se acordaba de nada.
Ella me hablaba y yo no podía evitar sentirme extraña. Años atrás, habría disfrutado de esa brisa que acariciaba mi cara, del sonido melódico de su sonrisa o simplemente sintiendo un gran amor. Pero ahora,  ya no había rastro de él en mí.
—¿Volverás en Navidad? —preguntó como si realmente fuera su deseo—. Yo no sé qué haré ni con quién las pasare. Ya lo sabes, poco se acuerdan de su madre.
Sentada en esa silla parecía una muñeca abandonada, a la cual, solo limpiaban el polvo cuando las arañas ya habían hecho nido en ella.  A pesar de la lástima que sentía, no podía dejar que me invadiera. No con ella: con la persona que me había destrozado la vida.
—No lo sé mamá —respondí observándole la cara. Siempre había estado arrugada, pero ahora se notaban más los surcos—. Si vuelvo a la ciudad, claro que te vendré a ver —mentí.
Ambas miramos al frente y de nuevo, un gran vacío se apoderó de mí. Darme cuenta de esa distancia emocional que sentía, era mucho más dura que los 3.000 km que separaban mi casa de ella.
Me apoyé a la barandilla escudriñando los edificios sombreados de color negro. ¿Le había dejado de amar  o me había negado a sentir? Sentí un pinchazo en el corazón, pues no tenía una respuesta clara para eso. Al ver que no le prestaba atención, me puso la mano sobre mi pierna y sentí un escalofrío al notar su calor. Me transportó a momentos de felicidad vivida con ella. Momentos que ya nunca volverían. Poco a poco noté como el contorno de los edificios que observaba se iban difuminando. Respire y evité que mis lágrimas fueran mucho más allá de su lugar de nacimiento. Tenía miedo de dejarme llevar y sentir toda la desesperación y angustia que durante mucho tiempo habían formado parte de mi ser.
—Me tengo que marchar —dije con un hilo de voz. Ella asintió haciendo ademán de levantarse. Ya casi no podía moverse sin realizar pasos torpes e inseguros—. No, tranquila. No te levantes aun, me quedaré 5 minutos más —. Ella se volvió a acomodar en el asiento, aliviada por tener algo más de compañía, indiferente de quien fuera.
Poco antes de marcharme, le miré la cara y sentí que esa sería la última vez. Que ya no la volvería a ver nunca más. Por eso cerré los ojos e intenté dibujar en mi mente ese momento: Ella y yo bajo un cielo rosado por el amor que una vez llegué a sentir.

19 comentarios:

  1. Amiga Alida por algo se empieza y esta es tu mejor determinación, no dejes que tu inteligencia por confunda y se pierda, continua escribiendo, siempre habrá alguien que le agrade tus pensamientos y tus memorias. Saludos, mi Página es: www.proframonmartinez.blogspot.com

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    1. ¡Muchas gracias Ramón! No dude que haré caso a su consejo y seguiré escribiendo ;). Y por supuesto, me pasaré por su blog para disfrutarlo. ¡Un saludo!

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  2. Yo dejé un comentario, jaja, Por qué no se muestra?

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    1. No tengo ni idea, jaja, pero al menos ya sabemos que ya puedes escribir, este si que lo he leido :P

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  3. Aida, ¡¡qué importante paso has dado!! Y con un muy buen relato. Seguí escribiendo. Hay un gran potencial en vos que solo se desarrolla con la práctica. Yo no tengo Blog, pero mi face es virginia García, tengo ahí un grupo cerrado con el que comparto lo que escribo. Te invito a que participes. Éxitos.

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  4. ¡Muchas gracias Izume! Sí, voy a seguir escribiendo y con ello mejorando. Voy a buscar tu grupo en el facebook para unirme. Un abrazo.

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  5. Mucha Suerte Aida! Aquí nos tienes para seguirte en tu nuevo proyecto. Tienes una gran capacidad para expresar. Me ha gustado mucho! Yo apenas miro el facebook pero estaré pendiente. Muchos besos!

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    1. Hola Merche ¡Muchas gracias por tus palabras! Me alegro de corazón que te haya gustado :) ¡Un besazo!

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  6. ¡Me ha gustado mucho el relato, Aida! Me recuerda a experiencias que he tenido y me transporta a tiempos mejores :). Te ánimo a que sigas sorprendiendonos y gracias por ser unas de las privilegiadas escogidas para leerlo. Un beso enorme!!

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    1. ¡Me alegro mucho que te haya gustado! Y sí, tu no te vas a escapar de continuar leyéndome, jajaja. ¡Un besazo para tí!

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  7. Felicitaciones! Me alegro mucho que al fin allas empezado, tienes mucho futuro. Mis felicitaciones de nuevo y muchos exitos

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    1. ¡Muchas gracias Juan! Me alegro que que te haya gustado :) Espero seguir viéndote por aquí. Un abrazo.

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  8. Quiero saber qué succedió entre ellas. Descrbes el ambiente con suma belleza! http://novoyasermenos-isolda.blogspot.com.es/?m=1

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  9. Eso lo sabrás en otra historia jejeje. Ahora me paso a leer algo de lo tuyo. Muchas gracias por comentar. Un saludo.

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  10. Hola, Aída. Soy Juan Carlos. Quiero felicitarte y animarte a seguir esta vocación. No cabe duda de que tienes sensibilidad y talento. Tenme, por favor, al corriente de lo que sigas escribiendo. Un abrazo, también de parte de Tere.

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    1. Hola Juan Carlos! Perdón por la demora, últimamente estoy muy liada y no tengo mucho tiempo para el Ocio. Me alegro mucho de que te haga gustado y que me animes a seguir. Un saludo para ti y para toda tu familia. Un abrazo.

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  11. Hermoso tu relato Aída. Logras plasmar muy bien las emociones. Una escritora talentosa y sensible. ¡¡¡Adelante!!! Virginia.

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    1. Hola Virginia! Muchas gracias por tu comentario y perdona no haber contestado antes. Un abrazo :)

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  12. Aida, tienes vocación de escritora y un alma sensible. Desfogas tus sentimientos con un valor que poco tenemos.
    Te invito a seguir cultivando este ejercicio de la palabra, que tiene gran valor para quienes amamos la literatura.

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